lunes, 8 de febrero de 2010

solsticio de verano

Cada día echo más de menos el sabor del sol, de esas largas tardes en las que el crepúsculo no termina, cuando con los brazos descubiertos alzo la mirada a esos últimos rayos que dejan paso al invierno.
Echo de menos el tacto de la hierba sobresaturada en mi cuerpo bajo un inmenso mar azul, completamente despejado. El sonido de los gorriones sobrevolando mis pensamientos, llamando desesperados a las nubes mientras una solitaria hormiga se afana en saltar de una brizna a otra de hierba. El olor del cloro del agua, el eco de las risas en la piscina municipal. El calor abrasador que se cura con un cucurucho de vainilla o chocolate.
Echo de menos los destellos pajizos que se desdibujan en mi pelo a contraluz, echo de menos los colores dañinos en la retina, los rojos, los naranjas, los lilas que suben y bajan en todas direcciones. Echo de menos los brillos, los humos ardientes del trafico en agosto, el Madrid en llamas con su negro asfalto rebosante de alquitrán.

Echo de menos el sol que no se apaga...
...y ahora todo se apaga bajo la lluvia, todo sucumbe al frío y al gris.
En el fondo todo lo que cambia es la luz...pero lo cambia todo.




quedan 4 meses para verano... :(